Durante la rueda de prensa que se llevó a cabo en la sede de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, el director general de la OIV, Pau Roca, presentó las primeras estimaciones sobre la producción mundial de vino en 2019.
El director general de la OIV, Pau Roca, inauguró la conferencia "Vino, medioambiente y sociedad" el martes 5 de noviembre pasado con una intervención sobre el tema "Problemas medioambientales mundiales y su impacto en la sociedad".
Suzanne Mustacich, editora colaboradora de Wine Spectator, ofició como maestra de ceremonias en esta conferencia, en la que el experto de la OIV y presidente del Grupo ENVIRO de la Organización, el profesor Hans Schultz, (también rector de la universidad Hochschule Geisenheim) participó con su charla sobre el tema "Impacto del calentamiento climático en la producción de vino".
El panel de oradores se completó con el director de investigación de Burdeos ISVV, INRA: Eric Giraud-Héraud, quien disertó sobre el tema "El impacto de los consumidores que reclaman a las bodegas la producción de vinos limpios y ecológicos".
Tras sus intervenciones, se organizó un panel de debate (foto abajo) con la participación de Jeremy Cukierman MW, director de KEDGE Wine & Spirit Academy; Caroline Feely, directora de Château Feely; Caroline Frey, dueña y enóloga en Château La Lagune; y Kim Forsberg, gerente de sostenibilidad de Vingruppen (Suecia).
Las nuevas técnicas de cultivo ecológicas y orgánicas, así como los envases y la logística de transporte respetuosos del medioambiente, fueron parte de los principales puntos debatidos.
Acerca de la red mundial Great Wine Capitals
La Great Wine Capitals es una red de diez importantes ciudades a nivel mundial tanto en los hemisferios norte como sur, que comparten un activo económico y cultural clave: sus prestigiosas regiones vitivinícolas.
Esta red abarca lo que se suelen llamar 'Viejo' y 'Nuevo' mundo del vino, y su objetivo es promover viajes e intercambios educativos y de negocios entre las prestigiosas regiones vitivinícolas de Adelaida, Bilbao, Burdeos, Lausana, Maguncia, Mendoza, Oporto, San Francisco, Valparaíso y Verona.
Fundada en 1999, la red ha desarrollado y presentado numerosos proyectos, iniciativas y programas con el objetivo de lograr la excelencia en turismo, servicios empresariales y educativos dentro de la alianza global de sus regiones vitivinícolas.
El 15 de noviembre pasado, más de 200 participantes asistieron a la 7.ª edición de Wine Track® organizada en Reims (Francia).
Realizada bajo el alto patrocinio de la OIV, esta jornada organizada por la Sociedad de Expertos Químicos de Francia (SECF) y la Unión de Enólogos de Francia (sección Champagne-Ardennes), ha sido una ocasión única de intercambio entre científicos sobre las técnicas y herramientas que se conjugan para asegurar la trazabilidad y garantizar la autenticidad de los productos vinícolas, principalmente frente a las falsificaciones y el fraude.
Además, el coordinador científico de la OIV, Jean-Claude Ruf, señaló que la OIV se encuentra desde hace mucho tiempo comprometida en estos ámbitos, principalmente a través de la creación de normas internacionales referidas a:
- la definición de los productos,
- las prácticas enológicas y, en particular, la consideración de la seguridad del consumidor y del mantenimiento del carácter auténtico de los vinos y de sus cualidades organolépticas,
- las reglas de etiquetado,
- la adopción de normas de trazabilidad,
- el establecimiento de normas analíticas para controlar esta trazabilidad y este origen.
Los sistemas de trazabilidad y autentificación requieren un nivel de confianza importante entre los operadores, en particular en los sistemas de cadena de bloques, pero también un nivel de interoperabilidad entre los sistemas.
En lo que concierne a la autenticidad, si bien los métodos de medición de isótopos ligeros siguen siendo muy utilizados, los análisis de isótopos no tradicionales, de los elementos traza, permiten demostrar que cada vino tiene su propio código isotópico natural. Además, también otros isótopos, como los del nitrógeno, pueden servir como marcadores geográficos.
Finalmente, métodos no agresivos de ablación láser permiten detectar la falsificación analizando el contenedor que también posee una firma química específica.
Así, resulta que los diferentes métodos, como el análisis de los isótopos estables o de algunos isótopos ligeros, junto a la determinación de los elementos traza o el análisis protónico, constituyen herramientas complementarias y abren nuevos horizontes y perspectivas en el ámbito de la trazabilidad y la autentificación.
En esta ocasión, Pau Roca ha explicado como la OIV, desde su creación, ha sido fundamental para la regulación del sector: “la armonización sobre definiciones, prácticas enológicas, métodos de análisis, etiquetado etc. ha permitido que más o menos todos juguemos con las mismas reglas de juego. Incluso países que no están en la OIV siguen sus normas o bien mediante determinados acuerdos comerciales, los miembros hacen referencia a ellos”.
Aunque según su opinión, este sector esté mucho más regulado que otros, “esto no impide que no se desarrolle el comercio mundial, pues el vino es un producto muy internacionalizado. Casi una de cada dos botellas cruza una frontera”.
En este contexto, para Pau Roca, “la densidad normativa es fruto de una madurez histórica y evolución”. La OIV, “al contrario de otras entidades cuyas normas están principalmente limitadas a la seguridad alimentaria, entra en las cuestiones de integridad, identidad, procedencia etc. que en el sector del vino son muy importantes. En realidad, lo que pasa es que en el vino hemos sido precursores de mucha normativa de calidad”, ha defendido.
En este sentido, el director considera que las condiciones normativas confieren una estructura económica al sector diferenciada cuya característica o síntoma más evidente es la fragmentación y gran diversidad de actores.
Aunque esto dificulte la existencia de marcas globales, “pues las marcas deben competir en notoriedad con el origen” ha recordado, “en este sistema de pequeñas dimensiones, de grandes inversiones y de poca rentabilidad inmediata, no todo son desventajas”. El director de la OIV lo ha justificado con el hecho de que “esta estructura económica será un modelo de resiliencia, que resiste innovando y adaptándose, ante la inexorable crisis que se derivará del calentamiento global”.
Frente al cambio climático, Pau Roca cree que “los economistas deberían estudiar más ecología. Conocer cómo funcionan algunas leyes o principios básicos en un ecosistema terrestre o marino”.
La sostenibilidad como nuevo valor de crecimiento
El director general de la OIV promueve que “una economía que preste atención a esa realidad es seguramente mucho más acertada. El crecimiento será un índice de transición, pero la meta debe ser mantener la biosfera, el objetivo de la humanidad es conservar este bien finito que es la tierra, y que, como tal, es el único capital de referencia”.
De hecho, en su intervención ha enfatizado el nuevo plan estratégico de la OIV para los próximos 5 años (2020-2024).
Este plan estratégico tiene 6 grandes ejes de los que se derivan los objetivos a perseguir, “y hemos hecho un ejercicio de alineación con los Objetivos de Sostenibilidad de Naciones Unidas. Si llegamos a cumplir con nuestro plan estratégico podremos decir que desde el sector del vino cumpliremos en mayor o menor medida, con 13 de los 17 ODS”, ha informado Pau Roca.
Tres ejes son sobre la sostenibilidad y la adaptación al cambio climático, sin dejar de lado esfuerzos en mitigación; porque, como considera Pau Roca “tenemos que dar respuesta a esos millones de productores que no desean, ni los consumidores queremos, deslocalizar sus producciones. Tres conceptos están en la base del Terroir, el factor clima como vemos mutable sin aparente control de momento, el suelo también sometido al clima, el material vegetal y la gran diversidad genética que nos ofrece el género Vitis y el del trabajo del hombre y tradición”.
Nota: El nuevo plan estratégico de la OIV estará disponible online en las próximas semanas.
Durante el evento, la presidenta brindó una conferencia para presentar el balance global del sector vitivinícola y participó en la ceremonia de entrega de premios de este concurso que cuenta desde hace varios años con el patrocinio de la OIV.
En esta ocasión, Regina Vanderlinde pudo encontrarse con diferentes autoridades de este país. Entre otros, la presidenta se reunió con el vice ministro de Agricultura de la Federación de Rusia, Sergey Levin. Durante esta cita, Levin confirmó que Rusia realizará los procedimientos necesarios para solicitar la introducción del ruso como idioma oficial de la OIV. En caso de confirmación, el ruso se convertiría en el sexto idioma oficial de la Organización junto al francés, el inglés, el español, el alemán y el italiano.
Regina Vanderlinde también ha sido acogida en el Instituto Científico Estatal de los Sectores Cervecero y Vinícolas de Rusia por el director Lev Oganesyants y el vicedirector Alexander Panasyuk.
La presidenta tuvo la oportunidad también de reunirse con el nuevo presidente de la Unión de Enólogos y Viticultores rusos, Dmitry Kiselev, quien también es el director general de la agencia de prensa internacional del Estado ruso “Rossiya Segodnya”.
Regina Vanderlinde demostró su satisfacción por los importantes intercambios que han tenido lugar durante estas reuniones, donde las autoridades rusas han manifestado un fuerte deseo de invertir en el desarrollo del sector vitivinícola del país, como también de aumentar significativamente la participación de la Federación en los trabajos de la OIV.