El pasado 29 de mayo tuvo lugar el seminario web “¿Qué nos enseña la gestión de la vendimia en el hemisferio sur durante la crisis de la covid-19?”, organizado por la OIV.
Cinco expertos de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Chile y Argentina debatieron sobre la difícil situación que han afrontado durante los últimos tres meses:
- Tony Battaglene, director ejecutivo de Australian Grape and Wine Incorporated (AGW),
- Jeffrey Clarke, director general de Asuntos Jurídicos de New Zealand Winegrowers,
- Yvette Van Der Merwe, directora ejecutiva de South Africa Wine Industry Information and Systems (SAWIS),
- Aurelio Montes, presidente de Vinos de Chile,
- Daniel Rada, director del Observatorio Vitivinícola Argentino y profesor en la cátedra de Economía Internacional de la Universidad Nacional de Cuyo (Argentina).
Los ponentes expusieron planteamientos y experiencias muy reveladores para quienes tengan que vendimiar dentro de unos meses en el hemisferio norte.
Moderado por Antonio Graça (Portugal), secretario del Grupo de expertos “Desarrollo Sostenible y Cambio Climático” de la OIV, el seminario web contó con la participación de 518 asistentes de 46 países.
Para quienes no pudieron asistir, el seminario web completo se puede ver aquí:
Lo que sigue es un resumen de las ideas principales.
Respuesta eficaz de los gobiernos
En Nueva Zelanda, el sector vitivinícola y el Gobierno han colaborado estrechamente. Según Jeffrey Clarke, el Gobierno neozelandés “ha respondido de forma muy eficaz y ha demostrado confianza en el sector”, lo que ha permitido concluir la campaña con éxito. En palabras de Clarke, vendimiar y vinificar bajo las estrictas medidas que impone el confinamiento para evitar la transmisión de la covid-19 ha sido “muy difícil” pero “posible”. Pese al evidente éxito de la gestión, se observó “cierta reducción en el volumen de la cosecha en los casos en los que no fue posible la vendimia manual”, así como “un aumento considerable de los costes y el estrés”.
En Australia, ha sido fundamental “contar con una única fuente oficial de información”. Tony Battaglene explicó cómo la AGW ha actuado como interlocutor ante los medios y el gobierno en relación con las medidas de alivio. En su opinión, “sin dichas medidas, no habría sido posible mantener las empresas abiertas y terminar la vendimia”.
Según Battaglene, el flujo de mano de obra, mercancías y suministros del sector vitivinícola australiano se mantuvo durante la crisis de la covid-19 gracias a la adopción de varias medidas, en particular:
- planes de gestión de riesgos,
- protocolos de limpieza,
- higiene y adecuada disponibilidad de productos desinfectantes,
- distanciamiento social y trabajo por turnos,
- aplicación de protocolos de trazabilidad.
Asimismo, subrayó la importancia de las herramientas digitales, que han permitido la celebración de catas virtuales, eventos vitivinícolas en la red y visitas enoturísticas en realidad virtual. No obstante, manifestó preocupación por el futuro: “Las verdaderas consecuencias económicas están por llegar. En muchas pequeñas empresas, todavía no han pasado lo peor. Con la recesión, las cifras del empleo tardarán en volver a los valores anteriores a la pandemia, y la confianza de las empresas y los consumidores tardará mucho en recuperarse.
Buscar soluciones creativas
En Sudáfrica, desde el inicio de la pandemia y hasta el 23 de marzo, la vitivinicultura no estuvo incluida entre las actividades agrícolas esenciales. Este hecho, unido a la prohibición de vender bebidas alcohólicas, complicó la situación del sector en el país.
El 26 de marzo, “las actividades de cosecha y conservación se incluyeron entre las actividades esenciales para evitar pérdidas de productos agrícolas primarios”. Según Yvette van der Merwe, ante “la respuesta variable del gobierno en relación con las ventas nacionales y las exportaciones, se señalaron varios aspectos clave”, entre otros:
- encontrar formas nuevas y creativas de afianzar la relación con el cliente,
- detectar oportunidades,
- ventas online, ventas directas, comercio electrónico,
- digitalización/desarrollo y aplicación de tecnología,
- nuevas alianzas,
- mayor colaboración y relación con el cliente.
La previsión es fundamental
Daniel Rada analizó cómo ha afrontado el sector vitivinícola argentino la crisis de la covid-19 y enumeró las medidas aplicadas. Al principio de su intervención, Rada alertó al hemisferio norte sobre la importancia de la previsión. Entre las medidas adoptadas durante la crisis, destacó las siguientes:
- utilización de herramientas digitales como elemento clave para mantener la actividad,
- aumento de la proporción de uso de la tecnología disponible,
- difusión de información entre todos los integrantes de la cadena industrial,
- concesión de préstamos gubernamentales para sufragar los gastos laborales de las bodegas,
- mantener las tasas de empleo,
- formación y enseñanza.
Aurelio Montes explicó que, en febrero, cuando comenzó la crisis sanitaria, en Chile ya se estaba recogiendo uva blanca. En marzo, ante la gravedad de la pandemia, pisaron el acelerador. Ante la posibilidad de que se empezaran a tomar medidas, la asociación Vinos de Chile celebró varias reuniones con autoridades chilenas para exponer la importancia de garantizar la movilidad de los trabajadores durante el período de vendimia. Según Montes, era primordial evitar que se detuviera la actividad en los viñedos: “Las autoridades se mostraron receptivas y entendieron que obstaculizar en exceso la movilidad de los trabajadores tendría graves repercusiones. Seguimos trabajando, pero aplicamos medidas para garantizar la seguridad de los trabajadores: distanciamiento social, mascarillas, guantes, lavado de manos, turnos de trabajo (principalmente en las bodegas), etc.”.
Por todo ello, y a pesar de la amenaza de la pandemia, la vendimia ha sido buena en Chile. Montes señaló que “la vendimia terminó la tercera semana de abril, cuando el número de casos en Chile era muy pequeño”, y aprovechó la ocasión para felicitar a los trabajadores chilenos, que “no dejaron de trabajar, con responsabilidad y dedicación, ni un solo día”.
En cuanto a las consecuencias de la crisis, según Aurelio Montes, el problema está más en la parte comercial, con el descenso de las ventas del canal HORECA: “Las ventas online compensaron un poco la escasez de ventas en HORECA, que representan un 75 % del total de nuestras ventas. Por suerte, la situación va mejorando en el hemisferio norte y en China, un mercado importante para nosotros”.
CONCLUSIONES
La resiliencia, la planificación y la transparencia son claves
“Las enseñanzas extraídas de una crisis pasada permiten prepararse mejor para gestionar futuras crisis”. El moderador, Antonio Graça, abrió el capítulo de conclusiones subrayando la importancia de la transparencia en la gestión de la crisis de la covid-19, uno de los argumentos del ponente neozelandés, y añadió que “la transparencia en todos los procesos, no solo durante esta crisis, sino también en previsión de cualquier otra, infunde confianza a todos los agentes y partes interesadas de la cadena de valor”. En este sentido, Graça recordó otra de las claves apuntadas por Yvette van Der Merwe: la coordinación. “Además de una buena planificación, es esencial la coordinación de todos los agentes. De ella puede depender el éxito o el fracaso de cualquier intento de solución”.
Un gran impulso para la digitalización
En palabras del moderador: “Teníamos un montón de herramientas digitales a nuestra disposición, pero nos faltaba un buen motivo para empezar a usarlas. Ahora que en el hemisferio sur han dado el paso por la crisis, se seguirán utilizando. Es muy importante que en el hemisferio norte nos demos cuenta de que existen alternativas que no empleamos, no porque no sean buenas o carezcan de valor, sino porque estamos acostumbrados a hacer las cosas siempre de la misma manera y tendemos a resistirnos al cambio. Un esfuerzo coordinado para vencer esta inercia es un punto a favor para salir de la crisis en buenas condiciones”.
La coordinación con los gobiernos y las autoridades locales es imprescindible
La coordinación de todos los agentes del sector es importantísima. Se necesitan mecanismos y herramientas de comunicación claros para transmitir el mensaje de que el sector vitivinícola es esencial y desempeña un papel importante en la vida de las zonas rurales, desde el punto de vista del empleo, la actividad económica, el paisaje, etc.
Es necesario coordinarse con los gobiernos para garantizar, por un lado, la continuidad segura y eficaz de las operaciones durante la crisis y, por otro, el apoyo financiero e institucional posterior a la crisis, para que las empresas puedan recuperarse de sus consecuencias.
El papel de la OIV
La pandemia de covid-19 ha puesto de manifiesto que la OIV tiene los medios para desempeñar un papel clave en materia de gestión de crisis. En primer lugar, se debe reforzar y difundir el mensaje de que el sector vitivinícola desempeña un papel fundamental. En segundo lugar, el intercambio de experiencias e información ante grandes crisis o cambios tecnológicos puede facilitar la adaptación de los gobiernos y los agentes del sector a las nuevas circunstancias.
Sin duda alguna, la OIV debe seguir siendo un socio estratégico de los gobiernos.
El evento, moderado por Jacques-Olivier Pesme, director del Centro de Investigación del Vino de la UBC, también contó con la participación de los panelistas Laura Catena (directora general de la bodega Catena Zapata y fundadora y miembro de la junta del Catena Institute of Wine), Linda Reiff (presidenta y directora general de la asociación Napa Valley Vintners) y Pierre-Louis Teissedre (profesor en el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino –ISVV– de la Universidad de Burdeos y experto de la OIV).
El director general de la OIV insistió en el hecho de que solo tenemos “un planeta del vino” (One Wine Planet), que fue justamente el título de su intervención. Planteó la cuestión de cómo y por qué debemos cuidarlo de la mejor manera posible. Si tuviéramos que resumir en pocas palabras sus conceptos, serían: anticipación, evolución, conservación y resiliencia.
La situación actual es un punto de inflexión interesante para empezar, ya que “toda crisis es parte de una evolución y debemos mirar cómo otros sistemas evolucionan”, declaró el director general. El cambio climático será, sin dudas, un desafío aún mayor. En su opinión, a partir de ahora “la prioridad absoluta debe ser mantener este planeta con vida”. En términos biológicos, se puede realizar prestando atención al funcionamiento de ecosistemas maduros, donde el gasto de energía se minimiza a pesar de su complejidad. Esta idea fundamental, desarrollada recientemente por el director general de la OIV, cuestiona la manera en que la economía reinventará sus modelos. Para predecir modelos futuros, necesitamos mirar a otros y cómo “los ecosistemas principales, al ser tan complejos y diferentes, son eficientes energéticamente”.
Pau Roca no tiene dudas de que “la próxima economía no medirá el desempeño humano en términos de crecimiento, sino en términos de conservación de la naturaleza”. El sector vitivinícola es consciente de la problemática del cambio climático y ha sido pionero en la adopción de una conducta adecuada. El seguimiento cercano de los cultivos y el uso de un registro histórico son una muestra de esta relación de larga data.
Finalmente, concluyó mencionando dos activos del sector vitivinícola. En primer lugar, la eficiente cadena de valor específica de este sector, ya que la amplia segmentación de precios, como también la marcada relación con el terroir y el origen son ventajas de la industria del vino. En segundo lugar, la multiplicidad de actores “debido a que la diversidad y la complejidad son factores claves para el rendimiento general y para la resiliencia”, resumió Pau Roca.
En conclusión, según Pau Roca, la economía del vino puede ser un “paradigma de sostenibilidad” y posee muchos de los elementos que requerirá la economía del futuro.
Ingeniero general de Ingeniería Rural, Aguas y Bosques, Georges Dutruc-Rosset desarrolló una carrera excepcional dentro de la administración pública agrícola de Francia.
Posteriormente se desempeñó como adjunto del director departamental de Agricultura y Bosques de los departamentos de Paso de Calais, de Sena y Oise, de Gard y encargado de misión para la planificación del Parque Nacional de las Cevenas de 1967 a 1972. A continuación, dirigió numerosos organismos:
director general de la Sociedad de Valorización de Auvernia y Lemosín en Clermont-Ferrand (SOMIVAL) (1972-1975),
director adjunto de la Oficina Nacional Interprofesional de Ganado y Carnes (ONIBEV) (1976-1980),
director adjunto de Planificación en el Ministerio de Agricultura y Bosques (1981-1986)
jefe de la Misión “Programas Integrados Mediterráneos” (PIM) (1986-1987),
director de la Oficina Nacional Interprofesional de Frutas, Verduras y Horticultura (ONIFLHOR) (1987-1993),
director de la Oficina Interprofesional de Carnes, Ganadería y Avicultura (ONIFLHOR) (1993-1995).
En calidad de director del Gabinete del ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Philippe Vasseur (1995-1996), se propondría como candidato de Francia para suceder a Robert Tinlot en la Dirección General de la OIV.
Elegido en Sudáfrica en 1996, estuvo al mando de la Organización hasta 2003, cuando se eligió a Federico Castellucci en su puesto.
Su mandato estuvo dedicado, principalmente, al periodo de auditoría y reforma de la OIV, durante el cual se negoció y se firmó el Acuerdo del 3 de abril 2001 por el que se crea la Organización, como también el Reglamento Interno de la OIV.
Excapitán de Navío, Oficial de la Legión de Honor y del Mérito Nacional, Comendador del Mérito Agrícola, miembro de la Academia de Agricultura de Francia, Georges Dutruc-Rosset era un apasionado de la cacería, lo que le llevó a ser comisario de los distritos de Rambouillet y de Marly-le-Roi tras su partida de la OIV.
La OIV honra la memoria de este exdirector que puso sus competencias al servicio de la reestructuración de la OIV y presenta a su esposa Yvonne y a sus hijos sus más sentidas condolencias.
Sobre la base del The Global Burden of Disease Study (GBD), un estudio observacional y global de tipo epidemiológico en el que se describe la morbimortalidad de las principales enfermedades, lesiones y factores de riesgo para la salud, la experta de Wine Information Council expuso una presentación sobre la importancia del análisis crítico de las publicaciones científicas y de poner los resultados en perspectiva y contexto.
Cuando se analiza el consumo de alcohol, es importante poner los resultados en el contexto de la dieta y los hábitos. No bebemos alcohol como tal, sino que bebemos cerveza, vino y bebidas espirituosas, y no solo bebemos, pues también comemos. Hay otros factores que afectan a nuestra salud. En otras palabras, debemos tener en cuenta el contexto y no solo el consumo de alcohol.
De hecho, es fundamental tener en cuenta los hábitos. Es importante, por ejemplo, si se bebe de manera moderada u ocasional y si se bebe con o sin las comidas. Además, a la hora de analizar el consumo de alcohol, debe tenerse en cuenta el tipo de bebida, la dieta, el tabaquismo y la actividad física, así como las características socioeconómicas.
Durante la reunión de expertos, se analizó profundamente la importancia del análisis crítico de las publicaciones científicas. Los expertos van a comenzar a preparar un documento sobre la evaluación de las ventajas y las desventajas de los distintos modelos epidemiológicos y las limitaciones más importantes por lo que respecta a la interpretación de los resultados.
El Grupo de expertos también presentará un nuevo eje a través del que pretende determinar si existe alguna diferencia entre el efecto del consumo de alcohol —del vino en particular— cuando se consume solo y como parte de la dieta. Se trata de una parte importante de la investigación que debe realizarse.
Parece que se observan ventajas cuando se tienen en cuenta los patrones alimentarios más que los nutrientes y las comidas específicos. Las comidas no se consumen por separado y los efectos en la salud son acumulativos e incluso sinérgicos.
Para saber más, póngase en contacto con Barbara Iasiello, jefa de la Unidad “Seguridad y Salud”. sanco@oiv.int
De hecho, la Organización ha celebrado estas reuniones, por primera vez, de forma virtual. Como era de esperar, la crisis sanitaria actual ocupó un lugar muy destacado.
Se pidió a los Grupos de expertos ECOMAR (Análisis Económico, Mercados y Consumo) y STATCO (Estadística y Coyuntura) que respondieran a un cuestionario sobre la repercusión de la crisis. Respondieron los principales países vitivinícolas (unos 15) y se presentaron los resultados durante las reuniones de junio.
En este artículo, se resumen los resultados del cuestionario de acuerdo con el análisis de los expertos de la OIV. Françoise Brugière, vicepresidente del Grupo ECOMAR, presenta el resumen de las conclusiones.
Una crisis precedida por un contexto complejo
El análisis cuantitativo del comercio internacional del vino en la primera mitad de 2020 es bastante delicado. De hecho, la crisis sanitaria ocurre tras el complejo final de 2019 en China y Hong Kong y, en particular, en Francia, debido a los aranceles impuestos por Trump. De acuerdo con los expertos de la OIV, con la llegada de la pandemia se acusaron problemas logísticos derivados de la aplicación de protocolos sanitarios en puertos y aeropuertos, la cancelación de vuelos de pasajeros, la prioridad para quienes llevaran equipos médicos y el suministro de bienes necesarios básicos. Estos se solucionaron con el paso de las semanas, con o sin la inclusión del vino. No obstante, el comercio internacional del vino registró una reducción en valor del 6,3 % en febrero y del 10,7 % en marzo (frente a febrero y marzo de 2019). En particular, las importaciones chinas se redujeron en un cuarto tanto en volumen como en valor durante los cuatro primeros meses de 2020 en comparación con los cuatro últimos meses de 2019. Brasil, Suiza, Francia (durante cuatro meses), Reino Unido, Alemania y Rusia (en torno a tres meses) redujeron sus importaciones, mientras que los EE. UU., Canadá, Irlanda (en valor), España y la República Checa (en volumen) aumentaron las suyas. La tendencia en cuanto al precio es descendente en todos los países.
Repercusión global y medidas puestas en marcha
En todos los países, la interrupción del turismo y el cierre de bares y restaurantes dio lugar a una acusada reducción de las ventas. El cambio en las ventas de productos de consumo doméstico fue muy parcial y afectó principalmente a los productos más asequibles, en particular con el aumento de las ventas de bag-in-box.
Se cancelaron todas las acciones comerciales B2B, en particular las principales ferias internacionales y los festivales del vino. Además, se interrumpió la organización de competiciones y catas. En la actualidad, se está intentando realizar versiones digitales de estos actos, pero las reacciones son demasiado diversas.
Los países han tomado medidas para el empleo más o menos generosas en todos los sectores; con ellas, se pretende ayudar a los negocios con el flujo de caja. Numerosas empresas de todos los tamaños, desde minoristas especializados hasta viticultores y bodegas cooperativas, han puesto en marcha soluciones para el comercio electrónico, como las opciones de envío y click & collect, con las que se pretende mantenerse en contacto con los clientes más que generar ingresos considerables.
Repercusión en la cosecha del hemisferio sur
Los países del hemisferio sur tuvieron que actuar con urgencia para finalizar la cosecha. Tuvieron que hacer frente a dificultades en materia de desplazamientos laborales e implantación de normativas sanitarias para empleados de viñedos y bodegas (suministro de equipos de protección individual, gel hidroalcohólico y mascarillas, rotación de equipos sin contacto entre ellos, etc.).
En particular, el sector vitivinícola de Sudáfrica tuvo que hacer frente a la prohibición de las ventas de alcohol en el mercado nacional; durante algunas semanas, también se interrumpió la exportación de vino. Tras completar negociaciones, se retomaron las actividades de vinificación, transporte de vino y exportación.
Inquietudes sobre los retos actuales y futuros
Desde el punto de vista de la economía, en poco tiempo se acumularon existencias durante las semanas de confinamiento, especialmente de los productos menos asequibles, lo que dará lugar a la reducción de los precios. La próxima cosecha, en el hemisferio norte, podría empeorar esta situación. A medio plazo, las numerosas bancarrotas previstas en muchos países en los sectores del turismo y la distribución minorista derivadas de la crisis de la demanda tendrá repercusiones inmediatas en los proveedores. La próxima crisis económica y posiblemente financiera podría afectar al sector del ocio, pues la mayor parte de los hogares tendrá que dirigir su presupuesto a las necesidades básicas.
A nivel psicológico, la crisis sanitaria, el confinamiento de la mitad de la población del mundo durante varias semanas y la persistencia del riesgo epidémico podrían minar de forma permanente el valor del uso compartido y la convivencia que impulsa el desarrollo del consumo de vino en el mundo.
Si se da por hecho que debemos estar solos para estar seguros y que un grupo de más de diez personas es un posible conglomerado de casos, se pondrá en riesgo la reanudación del consumo cualitativo de vino.
¿Y ahora qué?
Sobre la base del Plan Estratégico de la OIV y las cuestiones de las que son responsables, estos dos grupos de expertos abordarán distintos ejes y trabajarán de forma remota a lo largo de los próximos meses en las siguientes cuestiones:
- evolución de las existencias de vino a nivel global,
- cambios en los patrones de consumo (canales de distribución, oportunidades para el consumidor, marcas de calidad, precios, etc.),
- evolución del turismo enológico y, en líneas generales, el control del sector del turismo y la restauración,
- cambios en las herramientas de gestión de crisis,
- digitalización del sector vinícola (marketing, comercio, certificados electrónicos, etc.).