En este marco, se reunió con representantes y profesionales chipriotas del sector vitivinícola. Regina Vanderlinde también participó en la 12.ª edición de Cyprus Wine Competition, realizado con el patrocinio de la OIV.
Conversamos con la presidenta para conocer sus impresiones sobre la visita y el papel que desempeñan los concursos de vino.
¿Cómo ha sido su visita a Chipre?
Era la primera vez que visitaba este país. He quedado impresionada por la belleza de esta tierra y la cálida bienvenida que he recibido. He tenido la oportunidad de estar en una reunión bilateral con el ministro de Agricultura, Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Costas Kadis, a quien le transmití la satisfacción de la OIV por la calidad de la relación que se ha establecido con los delegados chipriotas. El ministro manifestó su deseo de organizar el 46.º Congreso de la OIV en Chipre (en 2023). En el marco de mi visita, participé en la conferencia técnica “The wine production in the sphere of differentiation and global competitiveness” [La producción de vino en la esfera de la diferenciación y la competitividad mundial], donde presenté el papel de la OIV como referente científico y técnico en el sector vitivinícola mundial. Finalmente, participé en la 12.ª edición de Cyprus Wine Competition.
Últimamente, ha participado en muchos concursos realizados con el patrocinio de la OIV. ¿Cuál es su opinión sobre Cyprus Wine Competition?
Cyprus Wine Competition cuenta con el patrocinio de la OIV desde 2008. A pesar del carácter nacional del certamen, durante las catas pude comprobar el estricto respeto de las normas de la OIV para los concursos internacionales de vino y bebidas espirituosas. Por lo que respecta a la calidad de las muestras, me impresionó ver vinos tan diferentes e interesantes en competición. Durante la última semana, tuvimos la oportunidad de catar muchos vinos estupendos de las extraordinarias variedades naturales de Chipre. Hemos catado 194 muestras de 36 bodegas. Gracias a esto, hemos podido apreciar la gran evolución del sector vitivinícola en este país.
En su opinión, ¿por qué las normas de la OIV son tan importantes?
Las normas de la OIV permiten a los productores competir en condiciones controladas y justas, garantizando que las muestras sean anónimas y puedan ser juzgadas en condiciones de cata óptimas, además de contar con una valoración basada en criterios sensoriales armonizados.Los concursos de vino de la OIV son muy importantes porque se concentran en algunos aspectos fundamentales como, por ejemplo, el hecho de que promueven la difusión de vinos de calidad excepcional. Naturalmente, esto motiva a los productores de vino a mejorar su nivel técnico y científico, lo que contribuirá también al crecimiento del sector vitivinícola.
El vino es una bebida milenaria e histórica, por lo tanto, los concursos de vino son muy importantes para promover el valor histórico y social de este producto único como una parte activa de la civilización.
También resulta crucial señalar el importante papel de los concursos de vino en la promoción de un consumo responsable.
¿Cuál es su opinión sobre el valor de las medallas?
Según las reglas de la OIV, las medallas tienen un valor real, ya que limitamos los premios al 30 % de los vinos presentados, lo que hace que a veces se excluyan vinos muy valiosos de la lista de galardonados.Por eso, cuando participo en los concursos de vino, siempre felicito especialmente a los ganadores.
Recibir un premio por un vino tiene muchísimo significado.
Significa que la persona que creó ese producto estaba buscando una bebida excepcional con características únicas, ensamblando bonitos colores, múltiples reflejos, perfumes y sus aromas más sutiles.
Aquí o en cualquier otra parte del mundo vitivinícola, la motivación fundamental es la búsqueda de la singularidad. Quienes se acercan a un vino de calidad excepcional siempre obtendrán recompensa.
Y lo que es aún más importante, los vinos premiados se convierten en un referente para los consumidores y un importante reconocimiento para los productores.
Ocho datos sobre el sector vitivinícola en Chipre (fuente: Gobierno de Chipre)
- Chipre es una región vitivinícola histórica con más de 5500 años de patrimonio.
- Es la única zona protegida libre de filoxera en la Unión Europea (se encuentra entre los tres países libres de filoxera en todo el mundo).
- La superficie de viñedo actual es de 7710 hectáreas.
- Posee un mosaico de diez variedades autóctonas de Vitis vinifera: xynisteri, mavron, maratheftico, giannoudi, ofthalmo, promara, morocanella, spourtico, canella y vlouriko.
- La producción de vino en 2018 fue de 109 200 hectolitros.
- Cuenta con cinco regiones reconocidas con la Denominación de Origen Protegida (DOP): Commandaria, Krasochoria Lemesou, Laona Akamas, Vouni Panayia-Ampelitis y Pitsilia.
- El Commandaria, vino dulce elaborado a partir de uvas desecadas al sol, es el emblema de su sector vitivinícola.
- Cuenta con cuatro regiones reconocidas con la Indicación Geográfica Protegida (IGP): Lemesos, Pafos, Larnaka y Lefkosia.
Para saber más acerca de las normas de la OIV
Para más información sobre las normas de la OIV para los concursos internacionales de vinos y bebidas espirituosas de origen vitivinícola, consultar este enlace.