Año Internacional de la Viña y el Vino

Centenario1924 2024

El Año Internacional de la Viña y el Vino conmemora los primeros 100 años de actividad de la OIV. Para celebrar la rica historia de la Organización, se oficiarán varios eventos a lo largo del año en todo el mundo. El año concluirá con la inauguración de la nueva sede de la OIV y el 45.º Congreso Mundial de la Viña y el Vino en Dijon (Francia).  

En este primer siglo, la OIV ha logrado abordar los múltiples retos a los que se ha enfrentado el sector. En la actualidad, la Organización sigue ampliándose e incluyendo a nuevos Estados miembros interesados en participar en el debate mundial sobre la vid y el vino.  

 

Esta celebración rinde homenaje al pasado, celebra el presente y sienta las bases del próximo siglo, una nueva era definida por la transformación digital y el cambio climático, que exigirá la adaptación del sector vitivinícola.

 

La OIV trabaja, en el marco de la moderna economía globalizada, para generar consenso entre los Estados miembros y así facilitar una producción y un comercio internacional del vino más sostenibles. Dicho consenso se alcanza a través de las resoluciones de la OIV, que definen y recomiendan las mejores prácticas de producción sostenible, que a su vez tienen un impacto directo en el producto final y su comercialización. 

 

El anuncio de un Año Internacional de la Viña y el Vino, además de su alto valor simbólico, tiene como objetivo estimular y animar encuentros y debates de naturaleza científica, técnica y cultural en todos los países vitivinícolas del mundo bajo el tema general “La vid y el vino de mañana”. 

Luigi Moio, ceremonia inaugural del 44.º Congreso Mundial de la Viña y el Vino, en España 

 

Junio de 2023 - Hace un siglo, el 4 de junio de 1923, los altos representantes de España, Francia, Italia, Portugal y Grecia se reunieron en París en el marco de una Conferencia Ministerial Internacional de países exportadores de vino.

 

Los principales puntos abordados fueron tres:  

 

En primer lugar, estudiar y desarrollar medidas adecuadas para dar a conocer y apreciar el valor positivo de un consumo moderado de vino, acompañando las comidas y en un contexto de estilo de vida saludable. 

 

Con respecto a este primer objetivo, es oportuno recordar que el primer artículo del Acuerdo constitutivo de la OIV, que se remonta a 1924, declaraba que la Organización debía recopilar, estudiar y publicar información que demuestre los efectos beneficiosos del vino. En efecto, para dar un impulso inmediato y concreto a la difusión y a la promoción de la cultura del vino, en 1930 se instituyó el Premio de la OIV, un premio que en aquella época se titulaba “La Verdad sobre el Vino” y que hoy es el más antiguo a nivel mundial. En sus 77 ediciones, se ha otorgado a los autores de más de 800 obras editoriales.

 

El segundo punto en discusión tenía como objetivo examinar las normas adoptadas en los distintos países sobre la definición de vino, con el fin de elaborar una definición común de vino, que sigue siendo válida hoy en día, y alentar el desarrollo y la adopción de procedimientos analíticos y normativos destinados a garantizar la pureza, la autenticidad y la integridad del vino.

 

Finalmente, el tercer objetivo era crear una Oficina Internacional del Vino para concebir acuerdos sobre bases científicas que se transmitieran como recomendaciones a los Estados miembros, con el fin de facilitar una armonización de sus políticas y agilizar el comercio internacional.

 

El 6 de junio de 1923, después de tres días de trabajo, las cinco delegaciones acordaron los principios discutidos y los aprobaron en una segunda conferencia diplomática que tuvo lugar del 30 de junio al 5 de julio de 1924, y a la que también se adhirieron Austria, Hungría, Luxemburgo, Túnez, Chile y México. Las dos conferencias condujeron finalmente a la firma del acuerdo por el que se creó la OIV, el del 29 de noviembre de 1924. 

Así, España ha participado, desde el principio, en la construcción de lo que más tarde se convirtió en la Organización Internacional de la Viña y el Vino. Un país de tradiciones vitivinícolas milenarias con el viñedo más grande del mundo, en el que la viticultura y el vino tienen profundas raíces históricas. Un país que desde siempre ha sido un activo y dinámico defensor de la OIV, como testimonian dos de mis predecesores en la presidencia, el ingeniero Eladio Asensio Villa, primer no francés en presidir la OIV, de 1963 a 1968; y el doctor Gabriel Yravedra, presidente de 1991 a 1994, quien lamentablemente falleció no hace mucho. 

 

No obstante, al citar a los presidentes españoles que me han precedido, no puedo dejar de nombrar a otro español de la OIV, agradeciéndole y sobre todo rindiéndole homenaje a su incansable labor que con gran pasión y determinación lleva adelante en el exclusivo interés del crecimiento de la OIV, el primer director general español, nuestro querido Pau Roca. La absoluta implicación de España en la OIV se evidencia también en su disponibilidad y generosidad para acoger de manera regular a nuestra comunidad científica: en 1929, en Barcelona, con el 2.° Congreso Mundial de la Viña y el Vino; tres veces en Madrid, con las Asambleas Generales de 1951 y 1973 y el Congreso de 1992; y la última vez en Logroño (La Rioja) en 2006. 

 

Con este Congreso, como he dicho al principio de mi discurso introductorio, nuestra comunidad científica está por sexta vez en España y, con este fin, quisiera agradecer personalmente, expresando mi gratitud también en nombre de todos los delegados y expertos científicos de la OIV, al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación de España por haber apoyado una vez más el enorme esfuerzo necesario para la organización de este evento.

 

La fecha de ayer, 4 de junio de 2023, está destinada a tener un lugar especial en la historia de la OIV, ya que coincide con la de hace cien años, cuando se celebró la primera conferencia gubernamental internacional sobre el vino, por lo que es aún más significativo que en estos días, precisamente en este país histórico de la OIV, se inicie la secuencia de eventos para las celebraciones del centenario de nuestra Organización, con la propuesta, que se formulará durante la Asamblea General del próximo viernes, de proclamar el año del centenario Año Internacional de la Viña y el Vino, que se clausurará el 29 de noviembre de 2024, día del centenario. El anuncio de un Año Internacional de la Viña y el Vino, además de su alto valor simbólico, tiene como objetivo estimular y animar encuentros y debates de naturaleza científica, técnica y cultural en todos los países vitivinícolas del mundo bajo el tema general “La vid y el vino de mañana”.