En el marco de los Acuerdos de la OIV, Rusia se haría cargo, desde el punto de vista financiero, de la inclusión de este nuevo idioma, de acuerdo con un proyecto trienal que debería garantizar la disposición rápida de la traducción hacia el ruso de las recomendaciones y textos fundamentales de la OIV.
De este modo, la comunidad de hablantes de ruso tendrá la posibilidad de comprender mejor y adoptar las prácticas y normas internacionales aprobadas por la Organización, con las que se pretende mejorar las condiciones de elaboración y comercialización de los productos vitivinícolas.
Si los Estados miembros de la OIV aceptan esta propuesta, que debe presentarse ante la Asamblea General de finales de noviembre, los hablantes de ruso se unirán a los hablantes de italiano, alemán, francés, español e inglés, que ya forman parte de los idiomas oficiales de la OIV, lo que facilitará el intercambio de experiencias y la participación en una red científica en la que se encuentran los países con mayor tradición vitícola.