Durante la rueda de prensa que se llevó a cabo en la sede de la Organización Internacional de la Viña y el Vino, el director general de la OIV, Pau Roca, presentó las primeras estimaciones sobre la producción mundial de vino en 2021.
• Se anticipa un bajo volumen de producción en la UE, principalmente en Italia, España y Francia que, en conjunto, perdieron aproximadamente 22 Mill. hL con respecto a 2020 debido a las heladas tardías de primavera y a las condiciones climáticas desfavorables.
• Los únicos grandes productores de vino de la UE que registraron cosechas mayores que en 2020 son Alemania, Portugal, Rumanía y Hungría.
• Las primeras previsiones de cosecha en EE. UU. indican volúmenes ligeramente superiores a los de 2020.
• Un año muy positivo para los viñedos del hemisferio sur donde las condiciones climáticas relativamente favorables llevaron a registrar altos niveles de producción en países de América del Sur, Sudáfrica y Australia, mientras que Nueva Zelanda fue la única excepción.
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El encuentro reunió a expertos del ámbito académico, de los Gobiernos, de las organizaciones internacionales y del sector privado de diferentes países: Dr. Adriaan Oelofse, gerente de Investigación, Desarrollo e Innovación en Winetech, quien habló sobre el concepto de “viñedos inteligentes”; el profesor experto en Inteligencia Artificial, Dr. Bernard Chen de la Universidad de Arkansas; el profesor de la Universidad Pontificia Comillas y experto en cadena de bloques, Dr. Javier Ibáñez; el Sr. Fabián Torres, quien es asesor principal de SICPA y también experto en transformación y orientación digital y, finalmente, el Sr. Olivier Oram, experto en cadena de bloques y fundador de Chainvine, una empresa que ayuda a reducir los costes de la confianza en la circulación del vino alrededor del mundo.
El evento constituye un acontecimiento muy importante para la OIV, ya que representa un hito en su Plan Estratégico quinquenal. “Desde su fundación en 1924, el enfoque de la OIV ha sido siempre aprovechar las evoluciones más recientes de todo el conocimiento científico y usar las herramientas más innovadoras que la tecnología brinda a la humanidad”, sostuvo el director general de la OIV, Pau Roca, en su discurso de apertura del simposio.
“También, ha sido sumamente interesante ver cómo las nuevas tecnologías pueden contribuir a abordar algunos de los problemas principales del sector, como la sostenibilidad, el cambio climático, la trazabilidad, la prevención del fraude o la resiliencia”, dijo el Sr. Roca para concluir el encuentro.
La OIV, en su carácter de organización internacional de naturaleza científica y técnica, tiene como objetivo inspirar y proporcionar orientación a todas las partes interesadas, y garantizar que dicha transición sea fluida, inclusiva y que beneficie a todo el sector en igual medida, tanto a la industria, como a los consumidores y los Gobiernos.
PPT by Giorgio Delgrosso, Head of Statistics & Chief DigitalTransformation Officer
Consulte aquí el informe sobre tendencias digitales aplicadas al sector vitivinícola.
Una de las novedades para el sector vitivinícola consiste en la oficialización de la desalcoholización y de la desalcoholización parcial del vino. En la definición de este nuevo marco normativo, la UE se ha basado en los trabajos de la OIV, principalmente en las resoluciones OIV-ECO 523-2016, OIV-ECO 433-2012 y OIV-ECO 432-2012
De ahora en adelante, la denominación de la categoría de producto (indicación obligatoria) puede completarse con los términos “desalcoholizado” o “parcialmente desalcoholizado” para los siguientes productos: “vino”, “vino espumoso” y “vino de aguja gasificado”. La desalcoholización total está limitada a los productos sin indicación geográfica o denominación de origen. La desalcoholización parcial está autorizada para todos los vinos, vinos espumosos y vinos de aguja gasificados.
El límite del contenido de alcohol entre “desalcoholizado” y “parcialmente desalcoholizado” es el establecido por la OIV en 2012: 0,5 %.
Siguiendo las recomendaciones de la OIV (OIV-OENO 394A-2012), las operaciones de desalcoholización permitidas a fin de reducir parte o la casi totalidad del contenido de etanol en estos productos son la evaporación parcial al vacío y/o las técnicas de membrana y/o la destilación.
El sector vitícola apuesta a la innovación y es sensible a la evolución de las preocupaciones de los consumidores, respetando la integridad y las tradiciones del producto.
Los Estados miembros de la OIV están trabajando actualmente en unas directrices que definan las prácticas enológicas específicas que se aplicarían a estos nuevos productos.
Se dice que la obra de Claudio Galeno (129-200/210) representa casi una octava parte de toda la literatura griega conservada desde Homero hasta fines del siglo II de nuestra era. Sin embargo, muchos de sus tratados se han perdido y otros solo han llegado a nuestros días a través de traducciones al latín, al árabe y, más raramente, al hebreo.
Dotado de un sólido conocimiento de la literatura y la filosofía clásicas, y, por tanto, de una gran habilidad sofística, Galeno se destacó en el campo de la filosofía natural. A lo largo de su vida, trató de elevar la ciencia médica a la categoría de arte, sin descuidar la práctica, que perfeccionó en Esmirna, Corinto, Alejandría y Pérgamo, donde fue médico de gladiadores1. Esta búsqueda de una noble alianza entre la teoría y la práctica se reflejó cabalmente en su forma de abordar el tema del vino, que trató en muchos pasajes de su obra.
Galeno, como célebre sucesor de la tradición hipocrática, comentó ampliamente la obra de Hipócrates, en particular, su tratado Sobre la dieta en las enfermedades agudas2. En esa reinterpretación, incrementó la densidad y la amplitud de la rigurosa clasificación establecida por su predecesor y nombró vinos específicos para ilustrar los principales criterios hipocráticos: color, sabor, sustancia, fragancia y virtudes.
En su tratado sobre los antídotos, Galeno hizo una distinción entre diferentes tipos de vino: firmes, fuertes, débiles (o acuosos), ásperos y agrios. Esto le permitió evocar su respectivo potencial de envejecimiento: mediocre para los “vinos blancos de poca sustancia”, importante para los “vinos blancos fuertes, ásperos y espesos”. Dos vinos se destacaron claramente de entre todos los demás: el de Sorrento y el Falerno.
“¿Es necesario hablar del vino de Sorrento? Es sabido que se mantiene joven durante unos veinte años. Conserva su fuerza durante todo ese tiempo, sigue siendo bueno para beber durante mucho tiempo, no tiende a volverse amargo; tiene las mismas características que el vino de Falerno”. Galeno, Sobre los antidotos, I.3 3
En muchos trabajos, Galeno reconoció la importancia del terroir, que relacionaba con el potencial de envejecimiento de los vinos. Aunque no fue el primer médico que elogió los usos terapéuticos del vino, sí se destacó por la minuciosidad con la que describió las cualidades específicas de una gran cantidad de vinos. Tal celo lo convirtió en uno de los primeros aficionados a la enología realmente iluminados de la historia del pensamiento4.
Como la mayoría de nosotros, sus gustos reflejaban cierto chovinismo, que conseguía superar gracias a su insaciable curiosidad. Más allá de los vinos de Asia Menor, reconoció el valor de las producciones italianas y admitió, en varias ocasiones, su particular afición por el gran vino de Falerno. Galeno lo describió como un vino con un buqué excepcional, que alimentaba tanto la objetividad del aficionado a la enología como el éxtasis subjetivo del enamorado. Y señaló que, aunque las palabras resultaban insuficientes para describir las experiencias sensoriales, el vino permitía conjugar emoción e intelecto. Prueba de ello era que, al catar por primera vez un vino que solo se conocía por una simple historia, se lo podía reconocer. Esa misma historia podía, incluso, sublimar la experiencia5.
Dentro de la preciada categoría de los vinos de Falerno, se ocupó Galeno de distinguir dos variedades principales en función de su suavidad y destacó esta característica como algo muy presente en el Faustiniano6. Ese dulzor marcaba el equilibrio entre lo astringente y lo acre, los otros dos sabores principales según los cuales Galeno clasificaba a los vinos. Ahora bien, el sabor revelaba la consistencia del vino y sus virtudes. Por consiguiente, la densidad más leve del Faustiniano hacía de este un ingrediente ideal para la elaboración de antídotos, en particular de la triaca, el antídoto por excelencia7.
El opúsculo de Galeno titulado El libro de los vinos merece un comentario especial. Esta obra, particularmente sintética, se posicionó en la más pura tradición hipocrática y fue retomada con frecuencia más tarde, como una especie de vademécum de la literatura médica sobre el vino8. Galeno analizó, sobre todo, la sustancia de las diferentes clases de vino, comenzando por el más claro, que “los hombres llaman acuoso” por su similitud con el agua en cuanto al color y a la consistencia, pero también, como explicó después, por su leve astringencia. Su sabor no es muy pronunciado y Galeno aconsejaba no añadirle una gran cantidad de agua para no perder la poca sustancia que le es propia9. Además, explicó que este vino debía su valor diurético a la rapidez con que circulaba por el cuerpo. De hecho, a diferencia del agua, no era de naturaleza fría, aunque su calor fuera moderado, en comparación con el de otros vinos. Este vino claro fortalecía los pulmones y fluidificaba los humores (y no solo la sangre); por su escaso calor, no perjudicaba a los febricitantes, a diferencia de lo que ocurría con otros vinos y aguas impuras; por último, también era adecuado para los jóvenes y las personas de complexión colérica, con temperamento caliente y seco. Aliviaba los dolores de cabeza y cualquier hinchazón abdominal inoportuna10. A continuación, Galeno presentó una descripción opuesta de los vinos dulces y espesos.
Esta dicotomía permitió continuar la búsqueda de la compatibilidad perfecta entre la naturaleza del hombre y la sustancia del vino, que encontraremos nuevamente en sus sucesores. Para los sabios premodernos, la búsqueda de la armonía entre el vino y el bebedor superaba con creces la búsqueda de la armonía entre los platos y los vinos que tanto atrae a nuestros contemporáneos. Galeno se inspiró, de forma metafórica, en esta proximidad entre el vino y el cuerpo humano; lo que le permitió explicar los mecanismos fisiológicos, por ejemplo, mediante un paralelismo entre la formación de la sangre y la elaboración del vino11.
Galeno utilizó esta comparación para explicar la generación de humores y el carácter acético de la bilis negra o del vinagre, que tiene un efecto corrosivo sobre el estómago (Sobre las facultades naturales, libro II, apartado 9). El vino seguiría así los movimientos del cuerpo; su correcto funcionamiento y la formación de una sangre óptima encontrarían su contrapartida en la posible alteración de los humores en sustancias corruptas.
Para Galeno, el sabor y la fragancia del vino son inseparables de su sustancia, que forja su singularidad y su complejidad. El conocimiento del vino y la búsqueda de múltiples formas de hablar de él, lejos de menguar el carácter emocional de la cata, solo la abre a dimensiones más sutiles. Más allá del fenómeno físico en sí, catar el vino colma de beneficios a un alma necesariamente sometida a los temperamentos del cuerpo12. Así, el vino le permitió a Galeno expresarse a la vez como servidor del arte médico y como portavoz de la filosofía moral.
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1 Para leer una presentación del “arte médico” de Galeno, consultar la introducción de Véronique Boudon en su libro Galien, vol. 2, París, Les Belles Lettres, 2000, pp. 168-170; 224-252.
2 Ver Wesley D. Smith, The Hippocratic Tradition, Ithaca, Nueva York, Cornell University Press, 1979, en especial el capítulo 2, “Galen’s Hippocratism”, pp. 61-176.
3 Trad. libre a partir del francés traducido por Jean-Marc Mandosio, a partir de Kühn XIV, 14-19.
4 Ver la introducción de Véronique Boudon a las obras incluidas en Galien, vol. 2, París, Les Belles Lettres, 2000, pp. 168-170; 224-252.
5 GALENO, Sobre el conocimiento de los pulsos II, traducido a partir de Kühn VIII, 774-5.
6 GALENO, Sobre el método terapéutico XII 4, traducido a partir de Kühn X, 832.
7 Galeno, Sobre los antídotos I 3, traducido a partir de Kühn XIV, 20.
8 Muchos manuscritos medievales contienen este texto, entre ellos, los manuscritos conservados en París, BnF Lat. 6865, fol. 53vb-54va; N.A.L. 343, fol. 69r-70r. (fol. 74-107 en el De alimentis), cuyo contenido no varía significativamente del de la edición utilizada aquí, en original francés (Venecia, 1490, en Galeno, Opera, vol. 1, fol. 135vb-136rb).
9 GALENO, Le livre des vins, Venecia, 1490, vol. 1, fol. 136rb.
10 GALENO, Sobre las facultades naturales, libro III, apartado 15.
11 GALENO, De l’utilité des parties du corps humain 4. Traducción de Charles Daremberg, en Œuvres médicales choisies, vol. 1, pp. 281-282. (En español se encuentra disponible el libro Del uso de las partes, traducción de Mercedes López Salvá).
12 GALENO, Que les facultés de l’âme suivent les tempéraments du corps. Traducción de Barras, Birchler y Morand, 2004, § 1; 3. En español se encuentra disponible Sobre las facultades naturales. Las facultades del alma siguen los temperamentos del cuerpo, Colección: B. CLÁSICA GREDOS, Traducción e introducción de Juana Zaragoza Gras.