En 2022, a pesar de la ola de calor que afectó a muchas regiones del mundo, se espera que el volumen de producción mundial de vino se sitúe en un nivel similar al observado el año pasado. Este sería el cuarto año consecutivo en el que el nivel de producción mundial puede considerarse ligeramente inferior a la media.
La cosecha de este año se ha caracterizado por un calor extremo y una sequía sin precedentes que han acelerado la maduración en los viñedos de todo el mundo. Un informe publicado recientemente por el Observatorio Mundial de la Sequía indicaba que casi dos tercios del territorio europeo se encontraban en estado de sequía o de alerta debido a las olas de calor y a la escasez de lluvias: ha sido la peor sequía de los últimos 500 años. Y Europa no ha sido la única región afectada: desde el este de África hasta California se han registrado temperaturas extremas este año.
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Se espera un volumen de producción medio en la UE, con resultados positivos en Italia, Francia y Alemania, que compensan las bajas cosechas previstas en España y Grecia, especialmente afectadas por la ola de calor del verano.
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Las previsiones de la primera cosecha en Estados Unidos indican que el volumen de producción será ligeramente inferior al de 2021.
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Tras las cifras récord del año pasado, los viñedos del hemisferio sur produjeron volúmenes medios, con la única excepción de Nueva Zelanda que, gracias a las condiciones climáticas favorables, registra la mayor producción de su historia.