Este rápido aumento no se debe únicamente a la mundialización del consumo, sino que también está relacionada con el incremento constante del número de países productores.
En dicho contexto, donde se desarrolla una competencia entre países, resulta esencial definir las características de los productos vitivinícolas y de sus especificaciones, promover buenas prácticas de reglamentación para garantizar un comercio libre y justo y la integridad y la sostenibilidad de los productos vitícolas en el mercado mundial.
Es importante responder a las expectativas de los consumidores en relación a la calidad de los productos, la protección de la salud y del medio ambiente y la información de los productos vitivinícolas, manteniendo un mercado mundial del vino sostenible.
La OIV se encuentra en una posición principal para ofrecer a los países productores y consumidores de vino los datos necesarios para elaborar reglamentos vitivinícolas que minimicen los obstáculos al comercio, promuevan una producción sostenible y protejan a los consumidores. La OIV deberá garantizar que su trabajo esté basado en datos científicos sólidos. Por consiguiente, llevar a cabo un análisis continuo de sus resoluciones es un aspecto importante en el trabajo de la OIV.
Los retos relacionados con el cultivo de la vid y sus productos derivados. En términos comerciales, económicos, medioambientales, territoriales y sociales son considerables. La OIV puede y debe ofrecer su experiencia y sus consejos en tiempo y forma oportuna al respecto.
El Plan Estratégico 2015-2019 tiene la ambición de responder lo mejor posible a estas diferentes preocupaciones. Éste se inscribe en la continuidad del último plan estratégico (2012-2014), durante el cual unas sesenta recomendaciones (incluidas prácticas enológicas, métodos de análisis y otras recomendaciones en materia vitícola) han sido evaluadas por una comunidad de expertos internacionales y adoptadas por los países miembros. Por otro lado, nuevas categorías de productos vitivinícolas así como sus reglas de presentación han sido definidas y adoptadas igualmente.
Como una verdadera hoja de ruta, el plan quinquenal 2015-2019 se articula alrededor de los cinco ejes estratégicos siguientes:
1.Fomentar una vitivinicultura sostenible.
En el marco del desarrollo del viñedo y de las evoluciones de la viticultura convencional, la OIV quiere promover una viticultura sostenible. Con esta finalidad, la OIV considera y reacciona de cara al reto del cambio climático; caracteriza y evalúa los principios y los métodos de producción de uvas, vino y otros productos y analiza su eficacia económica, considerando los procedimientos de las empresas en materia de responsabilidad social. La OIV se asegura de proteger y optimizar el uso de los recursos naturales y la sostenibilidad de los terroirs vitícolas.
2.Fijar las especificaciones y reglas de autenticidad de los productos vitivinícolas.
Con el objetivo de categorizar los productos vitivinícolas, la OIV promueve los principios de buenas prácticas reglamentarias y elabora recomendaciones de las prácticas enológicas y métodos de análisis. Asimismo, la OIV define las formaciones profesionales dentro del sector.
3.Aprender las evoluciones del mercado y la dinámica de la cadena de valores.
En el contexto del crecimiento de los intercambios internacionales dentro del sector vitivinícola y con el fin de comprender la dinámica del sector, la OIV desarrolla sistemas de intercambio de datos y de análisis estadístico y facilita la identificación de las tendencias del mercado a través de la cadena de valor.
4.Participar en la seguridad del consumidor y tener en cuenta sus necesidades.
Basándose en la evaluación y en opiniones científicas, la OIV participa en la seguridad sanitaria de los productos vitivinícolas, evaluando las tecnologías innovadoras y los aspectos fisiológicos y nutricionales vinculados con el consumo de productos vitivinícolas, así como de los factores socioculturales. La OIV quiere también garantizar la coherencia en cuanto a trazabilidad y etiquetado.
5.Reforzar la cooperación internacional y el liderazgo de la OIV.
En su calidad de organización intergubernamental, la OIV favorece la cooperación internacional y la participación en sus trabajos de los Estados Miembros y de los Observadores. La OIV facilita la producción científica, valorándola con una comunicación adecuada.
El Plan Estratégico 2015-2019 se pondrá en marcha según un programa de trabajo que se ajustará cada año y que será desarrollado por las comisiones, subcomisiones y grupos de expertos, Comité Científico-Técnico, y que el Comité Ejecutivo.