El 24 de septiembre de 1716, el Gran Duque de Toscana, Cosimo de Médici, dictó las primeras reglas de delimitación geográfica de la región del Chianti. Tres siglos después, más de 150 especialistas en derecho vitivinícola procedentes de los cinco continentes participaron en la 34.ª Conferencia Internacional de la Asociación Internacional de Juristas del Derecho de la Vid y el Vino (AIDV) en Toscana, en torno al tema "Las herramientas jurídicas para la protección de los actores locales en un mercado vitivinícola globalizado".
Desde la apertura de estos dos días de reflexiones y debates, el director general de la OIV recordó las cifras que marcan la globalización del sector del vino, en el que más de dos botellas sobre cinco han cruzado una frontera antes de ser consumidas, o sea, más de 100 millones de hectolitros sobre los 270 millones de hectolitros producidos en todo el mundo. Jean-Marie Aurand felicitó a la AIDV por su actividad y por la red creada en una treintena de países, que realiza una gran contribución intelectual a los trabajos de la OIV a través de su calidad de Observador. Entre los participantes en la conferencia, el Sr. Aurand también congratuló a tres profesores de Derecho, ganadores de tres Premios de la OIV en 2016: Richard Mendelson, Kensuké Ebihara y Théodore Georgopoulos.
Durante diferentes sesiones –que trataron sobre los "grandes acuerdos regionales" y su impacto sobre el mercado del vino; las trabas a la competencia en el mercado vinícola; los obstáculos y dificultades inesperados vinculados con la adquisición y venta de empresas vitícolas; la solución de las controversias públicas y privadas en el sector del vino; la financiación, la estructura y el papel de los diferentes grupos de productores, las indicaciones geográficas y la noción de "consumidor medio" o incluso las herramientas menos conocidas por el sector vitivinícola, como el derecho de las obtenciones vegetales o la protección de las prácticas enológicas– los abogados, magistrados, profesores y profesionales presentes insistieron sobre las particularidades relacionadas con la territorialidad del vino que permiten mantener e inclusive desarrollar el enfoque local en un mundo global.
Desde Viena, en Austria –donde fue elegido–, hasta Siena, en Italia –donde culminó su mandato–, el presidente de la AIDV, el abogado de origen neerlandés Rein-Jan Prins, ha sabido dinamizar a la AIDV, que cuenta con aproximadamente 350 juristas que constituyen el más importante foro de estudios comparativos y de debates en los ámbitos del derecho vitivinícola. El entorno maravilloso brindado por la ciudad de Siena y su Universidad permitió el desarrollo de debates de muy alto nivel, complementados por el descubrimiento de las joyas de la Toscana, gracias a catas organizadas magistralmente por la Enoteca Italiana, el Consorcio del Chianti Classico y el Consorcio de la Vernaccia de San Gimignano.
El presidente de la AIDV destacó la importancia para los juristas del vino, que proceden de países con una viticultura milenaria o más reciente, de confrontarse con realidades de territorios que han tomado forma gracias a la actividad económica de la vid y el vino. Desde el Castello de Brolio de la familia Ricasoli, cuna pluricentenaria del Chianti, hasta la Cantina Antinori, obra maestra de la arquitectura contemporánea, Rein-Jan Prins celebró estos tres siglos que ilustran perfectamente el tema de la Conferencia de la AIDV: cómo un producto local y delimitado ha sabido forjarse una reputación internacional y un mercado mundial.